Hoy, más que nunca, es necesaria una Comisión Investigadora Independiente para llegar a la verdad y castigar a los asesinos de Santiago
Por Graciela Monaris
De acuerdo a las investigaciones encaradas por varios
peritos y el juez Lleral, la muerte de Santiago Maldonado habría sido producida
por “ahogamiento dentro del agua e hipotermia”, lo cual no significa casi nada
en el sentido de averiguar las causas de fondo de su deceso, que ocurrió en un
determinado marco, que es el que se debe investigar a fondo y de manera minuciosa
para conocer toda la verdad y encontrar a los culpables.
En ese sentido, Página 12 del día de hoy hace referencia a
dos casos en los que a pesar de haberse descubierto – en las pericias correspondientes
– situaciones de “ahogamiento sin muestras de violencia” se los juzgó como “asesinatos”.
Uno fue el de dos chicos que fallecieron en una pileta en el marco de una
fiesta juvenil, mientras que el otro sucedió cuando la policía obligó a un pibe,
falsamente acusado de robar una bicicleta, a meterse al Riachuelo sin saber
nadar.
En este caso, las circunstancias son más que claras desde el
primer día, ya que el “ahogamiento” de Santiago no se produjo luego de haberse
tirado al agua para hacer una broma, practicar natación o bañarse, sino huyendo
de la durísima represión implementada por los gendarmes, que tenían la orden de
“despejar la ruta” pero no de entrar al territorio perteneciente al Lof
Mapuche, que es el lugar en el que se encuentra el río donde finalmente murió el
compañero.
¡Solo por esto debería revertirse la carga de la prueba, un
mecanismo jurídico excepcional que implica que todos los efectivos que participaron
en el operativo – o al menos sus jefes – además de ser investigados en serio deberían
estar presos hasta definir quién o quiénes fueron los responsables materiales
del crimen! Esto apenas constituiría un primer paso, ya que lo más importante
es encontrar y castigar a quienes impartieron las órdenes desde el poder
político.
Tanto el juez Otranto, como su reemplazante se manejaron desde
el principio con la misma lógica e idénticois objetivos, que no son otros que los
de defender a sus pares del Poder Ejecutivo, en tanto funcionarios políticos como
miembros de las fuerzas represivas. No es casual que el juez Lleral se haya
apurado a declarar, antes de la autopsia definitiva y de las elecciones
legislativas de octubre, que Santiago había muerto por “asfixia” producida por
ahogamiento.
Tienen razón los familiares de Santiago, que volvieron a
insistir en que hace falta una “investigación independiente”, que para
concretarse implica la puesta en marcha una “Comisión Investigadora
Independiente” encabezada por la familia, especialistas y personalidades de los
derechos humanos, como los abogados y abogadas del espacio Memoria, Verdad y
Justicia. ¡Para castigar a todos los culpables, junto con esto, habrá que seguir
apostando a la movilización!
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